11 de febrero de 2016


Digamos que me tiraría de cabeza, en el mismo lugar, aunque no haya agua y sólo piedra, de cabeza hacia el oprobio escondido en su distracción. Pero bueno, así soy yo, tan lleno de acciones sin sentido y tan cargadas de honestidad innecesaria; vacías de algo útil, de un fin, de cada cosa con significado.