15 de marzo de 2015

Apagado

Ya no sabré sentirlo
no hay tacto para lo nuevo
no alcanzo el tacto en el pasado
ni sabré verte nuevamente

Como asqueado
una realidad que abruma, inherte,
sin saber tocar ya nada nuevamente
sin las ansias ni confianza necesaria

Una humanidad hundida
sin valor la carne desfila insensible
sin tacto para el futuro que podría redimirme
la piel te la llevaste en el desvelo de tus adioses...

Y así fue que te fuiste a buscar el barco que te lleve de vuelta al silencio de las llamas apagadas.






10 de marzo de 2015

Por Diego Karnoubi


Diecisiete diez, las diecisiete 10 y por el momento no me importa, ni la hora, ni el lugar, ni el espacio en el que me encierren a la hora del silencio oportuno, de cuando conté las cartas antes de saber que sólo era trampa y que no hubo juego posible desde mucho antes siquiera de pensar en decir la primer palabra que nos acerque. Diecisiete 10 de este martes. Ni el día ni el mes importan, nada es verdaderamente trascendente en esta vuelta al mundo revertido por tantas ansias de volver a ser lo que quise alguna vez y nunca pude, aquello a lo que no me alentaron aunque no tenían por qué. Nadie ayuda como hubiera pensado en algún sueño de mágico final de para siempres innecesarios para vidas inconclusas para versos apáticos o un amor lleno de flores colores música y miradas para siempre miradas también para siempre miradas que duren más de lo que dura cada cosa en esta tierra o al menos que dure hasta que yo ya no dure, sería suficiente y felizmente egoísta; pero porqué habría de durar si son las diecisiete 10 de este martes que tampoco parece eterno. Nada dura demasiado ya lo sé, ya lo supe, lo sabía desde hace tanto tiempo en que las cosas no duraban demasiado. Pero quisiera, preguntar, si apago la luz y no queda nadie en la mesa, quisiera preguntar, si es que nadie queda o simplemente que yo dejé de verlos. Quien sabe, quizás en algún lugar estemos todos, de tan oscuro no nos vemos, de tan callados no logramos escucharnos. Quizás la respuesta esté en el silencio. Quizás en lo oscuro. O en no preguntar nada y que la vida se pase sin respuestas.

Diecisiete 10, la vida pasa, apagué la luz para volver a encontrarnos, y aunque ya no puedo ver sé que es sólo eso, oscuridad y silencio. Y no habrá más preguntas. Aquí estamos, juntos, en la oscuridad silenciosa, acompañado por gente que no se ve ni se escucha, pero por algún motivo quisiera que esté en esta mesa para siempre.



3 de marzo de 2015

Una mentira

Por Diego Karnoubi


Tanto tiempo esperé que los sueños se secaron. El invierno de los sueños caducos. El tiempo que traté de entender, preguntas que aún cuestionan, palabras ausentes o los sonidos ocultos. Y en este complicado entender cada suceso, la buena noticia es que olvidé quien yo era. Todo en el mismo lugar, todos menos yo. Y si tuviera que decir una sola verdad sólo me queda la conciencia de aquellas ansias de un regreso a una casa que perdí en alguna parte del trayecto. Y si tuviera que elegir una mentira, en mucho se parecería a todo lo que construiré a partir del manifiesto de este yo desencontrado.