Pero sobre todo (en el camino de los a veces)

Por Diego Karnoubi


Cada vez, cada día y un rato después también. Mientras duermo tal vez, mientras era consciente, perdido en una calle o simplemente agarrado fuerte en cualquier parte del mundo para no volarme con el viento. Sintiendo como se acorta la voluntad y se ensancha el esfuerzo. Hay días que cuentan como semanas. Horas cortitas. Sonrisas. No tanto. Y alguien que solía ser yo y que ya no es. Algunas veces me extraño. Pero sobre todo hablo de vos.

En algún código

Por Diego Karnoubi

En codigo morse o en algún código, en forma de jirafa o cualquier forma. Es decir algo, y como adopté tu forma de decir sólo digo las cosas en tu nombre. De rodillas, acostado o pendulando entre la cama y el suelo. Cansado de las recurrentes muertes de cada uno, o si parten o si mueren, o si olvidan o si muerto. El desecho. La rebarba. Una situación intermedia antes de la sonrisa. A veces sonriendo. A veces encrucijado y sumiso.

Algo así

Soy yo,

no entendiendo el lenguaje que hablan,

sin saber percibir lo que sienten,

incapaz de olvidar el perfume,

pensando en imposibles,

existiendo así nomás,

como queriendo,

por que sí,

seré.

 

Por Diego Karnoubi


Cuando los lobos vienen,
         ellos vienen, fueron llamados,
cuando corren alrededor de las cosas, cada cosa,
huelen y lamen; miran y huelen,

Cada vez de a cada tantos,
       cuando los lobos vienen sucede por algo,
cuando lo real dista de lo santo, cuando hubo amor,
cuando no hay voz, no hay dicha, no hay canto,

Es un espasmo, coincidente como he dicho,
      es algo en pausa, un par de abismos,
alrededor de las sonrisas rodeando el sonido,
cuando los lobos vienen porque nadie más vino,

El rastro que dejan cuando se acercan,
      la estela que queda cuando se van,
la suerte que juega en este encuentro,
pariendo una mirada para no volver más a mirar.