30 de septiembre de 2014


Se viene mi quinto libro, cosa que me alegra mucho. Ya está en proceso de edición y calculamos que para fin de Noviembre estará en la calle.


En cuanto tenga novedades postearé algo más.
Mientras tanto recuerden que en el menú de la derecha figura el link para poder bajar cualquiera de los tres primeros (El espejo de tu vida, Reiteradamente sueño, A destiempo). Espero pronto poder mejorar esa página y agregar también el cuarto (En el transcurso) así lo pueden bajar libremente.

Gracias!


Por Diego Karnoubi


Después, cuando silencio no llame o la costa del puerto inexplicable haga temblar las ambiciones que eran parte de tu sueño, habrás de descubrir que no todos fueron olvidados, que no todos estuvieron ausentes, que quizás en el hueco inmenso del presente no sea tan hueco ni tan presente.




27 de septiembre de 2014

Por Diego Karnoubi


Del último día, cuando ya no sienta nada por nadie y ni la culpa venga a buscarme. Olvidados pasados que duraron cada día entero cada día siguiente y luego te quise pero en la foto te veo y te quise. Y quizás te quiero pero también te estuve olvidando lento pero olvidando. Y ya no quiero que quiero que vengas, y ya no quiero no quererlo. Y si te espero es porque quiero y también quise que vengas ese día. Pero cuando abro la ventana y te veo, o cuando pasaste por mi puerta y te dije como estabas, me doy cuenta que te quiero tan cerca como quise en aquel Junio y como pude pensar en tu sonrisa cada día. Te esperaba porque lo vale, aún lo cuento porque te quiero.




De faltas I - Des ata

Por Diego Karnoubi


Des ata
    Deviene
Desh ace
Y no hace falta morir de amor para quererte

(del diccionario tomé tres o cuatro sílabas para tratar de resolverlo)
pero nada cura el nudo, lo devenido, lo que pudo suceder

mi pretensión de poeta acaecido
el súpero latir al borde de la mirada

Culp pable
    Sinuoso
Sa caroso

te veo como te veo a veces
extraño y eso sucede de a miles

con la balanza en contra pienso en supuestos
sulfurar el destino que me toca en manada

Pac iente
    Sil encioso
Delado
Y no hace falta morir de amor para quererte


25 de septiembre de 2014


Nada como tu aroma fantasía, con el recuerdo que voltea a mirar al presente mientras se aleja.



14 de septiembre de 2014

La gente corre

Por Diego Karnoubi


Ojalá
las cosas cambian
la suerte falla
la puerta se abre

la gente corre

ojalá que ojalá que ojalá que ojalá
feliz la tarde
feliz un día
feliz te veo

algunos corren

ojalá que la suerte, ojalá que la angustia
anochece más temprano
amanece más cansado
aún te espero no hay nada

toda la noche despierto bailando el sueño

ojalá que suceda porque a veces sucede
yo cambiando cada noche por tu culpa
yo cambiaba cada día por mi suerte
yo observando de pie en cada origen

como algunos corren y muy pocos logran sonreír

ojalá que mi casa, ese idilio
ojalá de ojalases y tu puerta
ojalá que me extrañes, y la gente
ojalá que no sepa siquiera responderte,

ojalá que pretendas cuando yo lo abandone







8 de septiembre de 2014

Nudo


Cuando al fin creyó encontrar el sentido de los hilos, justo cuando empezaba a tirar de uno de ellos para desatar el embrolloso nudo, pudo descubrir el final de sus aspiraciones: se encontró solo como antes, pero mucho menos necesario.

5 de septiembre de 2014

Yendo

Por Diego Karnoubi


A veces, cuando las cosas giran o cuando el horizonte se esconde detrás de las personas, el tenue camino con pretensiones de guía nos muestra sus cartas y la verdad absoluta del mundo. Que no hay rumbo, ni líneas ni flechas, ni nombres de calles. Que vamos por ir nomás, guiados por la ilusión de ser nosotros mismos antes de consumirnos o descubrir que dejamos la piedra fundamental enterrada en el patio trasero de nuestros ideales perdidos. Somos de paso, una huella, un sonido; efímeros como el viento, omnipotentes como dioses, frágiles como el vidrio.




3 de septiembre de 2014

Esta madrugada

Por Diego Karnoubi


Son suficientes los espacios dejados, midiendo los pasos, invocando a la distancia silenciosa que aja la piel y no logra conformar y es de noche. Y también de calma es, como esa calma espesa que no invita sino exige. Como el anterior paso a la viscosa realidad alejada de lo brillante, de la luz, del incienso perfumado sol canela y paraíso. Ya no estás, y mi suerte ni se asoma. Ni se acerca. Ni se nada de lo lindo de lo suerte de lo ganas de esperar a que regreses de la luz que te seguía. Pero es calma y ni duele ya porque calma solo es eso. No hay más árboles en el parque. Ni recuerdo un desayuno con la idea de este abrazo. Sólo estás ahí mirándome alejada, esperando que me deshaga de olvidos hasta deslizarme por los días que queden aunque sean miles, como en tobogán, al sin gusto de la verdad que un día escribiera: "Todos se van, por algún motivo, nadie espera a nadie, sólo corremos en busca del olvido".

Pero tan lento me alejo que aún podría escuchar tu silueta; y tan larga es esta madrugada que tu voz se partió mucho antes del sueño.