28 de julio de 2012

Una forma de creerlo

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I won't give up (Video)

No hay forma que se aplaste la sonrisa, ni que retroceda la voluntad, ni que me silencie la tristeza. En este mundo están aquellos que se hunden en el enojo, los que prefieren atacar cuando sienten sus debilidades. Están los que huyen despavoridos cuando algún problema se acerca y no encuentran el modo de solucionarlo. Están los que piensan estar seguros de su valía y avasallan sobre el resto de las almas con su pérfida ignorancia. Están los que sufren y ahogados de dolor de echan a morir su espíritu en el sillón más mullido que puedan encontrar.

Pero no habrá modo alguno que la alegría de sentirte cerca se aplaste ni te oculte, ni cercene mis silencios dedicados a tu nombre. Porque aún tengo los colores intactos, aún tengo fe de encontrar el otro zapato. Tengo ventaja sobre el mundo al conservar brillante la alegría que quisiera darte, el corazón y la lealtad. Y con mi sinceridad como única herramienta saldré de la noche oscura para buscarte sin pensamientos. Para decirte lo que aún no he dicho... esperando como siempre amanecer entre tus brazos.

No hay nada más valioso que la verdad, que la sonrisa y que la fe en creer que si se entrega el alma entera no hay destino posible diferente a tu mirada. Y aunque así parezca debo decirte que en algún lugar hay algo equivocado porque aquí sigo estando, y lo que siento no es en vano, y lo que mi razón insinúa hasta convertirse casi en un presentimiento será parte del camino hasta tu puerta.




Qué vas a hacer el resto de tu vida?

Por Diego Karnoubi


Y qué vas a hacer el resto de tu vida? Cuando no esté cerca, cuando ni siquiera pueda verte. Cuando el silencio se haga dueño y mate la gana y el sabor, el aroma de las flores y derrumbe las paredes del destino. Qué vas a hacer si necesitás mi ayuda y yo no sepa el lugar para escucharte? Porque ya no estarás para nombrarme, para decirme, para reírte abrazada a mi ingrata inocencia. Y qué vas a hacer cuando mi paciencia decida ignorar a la razón y volando a través del pasado me pose en un recuerdo lindo de tus ojos, y me hamaque una noche entera para recuperar parte de mi, la calma ficticia del cálido sonido de tu pecho, el latido compañero, el sueño atorado en mi ignorante creer de futuros imposibles.

Y qué vas a hacer el resto de tu vida? Sabrás que aún te espero? Sabrás que no estoy más? Sabrás como se sienten los pasos que no llegan? Desalmada la esperanza no perdona a los que sueñan. Desalmado el sonido de las voces parecidas a la tuya. Desalmado cada instante que te trae sin preludios ni advertencias.

Y vos que vas a hacer el resto de tu vida?
y yo con los colores?


27 de julio de 2012

Equivocaciones

Todos nos equivocamos alguna vez, todos a veces cometemos errores, algunos grandes y otros no tanto. Siempre pasa que el equilibrio duda y rozamos al de al lado, a veces no frenamos a tiempo, a veces nos distraemos y otras tantas llegamos al lugar equivocado. Todos sufrimos en algún momento de la vida, a todos nos toca sufrir el desamor, la desidia, el desinterés o la ausencia. Pero también todos aprendemos un poquito de cada una de esas cosas y empezamos a entender el alma del mundo en cada acto y este único destino que empeñado en demostrarnos que tan equivocados estamos nos devuelve de un cachetazo a los brazos de nuestros sueños olvidados. Todos tenemos casi el mismo tiempo para encontrarnos, el ferviente deseo de mirarnos a los ojos y descubrir detrás de la mirada el alma limpia de dolores y un futuro que promete siglos de calma. Pero todo tiene un fin, también parece, hasta la eternidad pretendida de su amor, hasta el sueño más pequeño de una historia a través de la vida... y aun no aprendo a caminar sin tu sonrisa. Y para ser sincero no sé si alguna vez podré aprender algo de todo esto. En fin... hoy ninguno de los tres deseos que pedí eran para mi, y tal vez me equivoqué.


2 de julio de 2012


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como el pasto al rocío.

Que importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro, será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


Pablo Neruda
Chile (1904-1973)