Por Diego Karnoubi
Después de todo, los años y las cosas y la historia, los mismos pasos, rumbo y destino. Soy yo posiblemente equivocado, olvidando lo necesario y manteniendo lo escapado; y del otro lado, a muy pocos pasos, casi todos huyendo del fuego, pidiendo, corriendo en todas direcciones. La brasa avivada por los sueños impide sus finales felices, al parecer. O serán las dudas que queman, no saber, no lograr por mucho que se busque la respuesta.
Después de todo, los años y las cosas y esta historia, casi todos corren desesperados en busca de certezas. En mi mano hay un ramo de dudas frescas, recién cortadas. Es temprano, el sol aún no enciende del todo, alguien piensa lo mismo. Del otro lado de la calle, vacía desde hace un tiempo, sé que alguien seguro vive en para siempres.
En la espera casi no logro distinguirte aunque sé que ahí estás. Cada día me levanto con la misma imagen... es un ratito, unas horas tal vez. Después el sol disipa tu luz y puedo empezar a vivir mis olvidos recurrentes.
