Por Diego Karnoubi
te hacía feliz poder actuar
aseguro que en la parodia de los días, bien seguro,
volverías a ocultarme por vergüenza, vanidad o cobardía
nunca pero nunca me habrás de ver apenado de cicatrices
recordaba acurrucado y ocluido mi silencio
te fuiste asegurando el mínimo de penas, te reencontraste,
y al fin quedó olvidado aquello que no habrías comenzado
puesto que en la segunda oportunidad ya no hay amnesia
sabrás no perdonar lo que en mí no perdonaste
que por fortuna desistí del dolor de ser esclavo
de recordarte con violencia, de aguardarte con sigilo
en la vasta noche que se extiende, desde el norte, por lo bajo, escondido.