22 de mayo de 2009

Y el silencio...

Por Diego Karnoubi

Desde el silencio me desperté a la madrugada con la idea que todos se habrían ido. El vacío recinto sólo se adueñó del eco de voces que otros días resultaron compañeras y hoy son parte de la fobia que me produce saberme liberado a la inmensidad de esta noche. Entonces busqué, y busqué entre mis pensamientos relegados al obscuro... hueco duelo por esas tantas ausencias repentinas. Pregunté una, pregunté dos, y pregunté las cien veces lo que nadie podría responder; hasta que ya sin esperar nada te miré en tu no estar cerca y comprendí que nada debería aguardar en noches como esta, y que tu presencia sólo justifica la endeble sensación de cosa por venir y la dudosa veracidad de las voces que hoy ausentes se perciben con tenacidad.Y entonces te digo un secreto. Yo tampoco estoy, soy parte de los que se fueron y dejaron a la noche desnuda de sueños por justificar lo que nadie podría, el miedo a mirarnos cara a cara y sentir que nada de lo que decimos es cierto, que toda nuestra historia es un gran invento, que nunca nos conocimos y que probablemente nunca sepamos si fuimos reales o sólo parte de una ilusión que pretendió ser realidad el tiempo en que estuvimos tan cerca del abismo.

Hoy no estoy, hoy no hay nadie.
Y el silencio...