23 de mayo de 2009

De paso te digo

Por Diego Karnoubi

¿Adónde está el límite entre lo que creemos, lo que deseamos y lo que los demás están dispuestos a aceptar de nosotros? ¿Adónde está la línea que divide y pone límites a nuestra voluntad, esa que nos dice que no es la hora o el momento, o que el color es otro y la lluvia o los miedos? ¿En qué parte de la historia se escribirán las palabras que dijimos demás y las vidas que dejamos en el camino por no haber encontrado el momento preciso de vivirlas? ¿Cuan grande será nuestro fracaso y hasta dónde llegará el orgullo de haber tomado una o dos desiciones acertadas?

Y son preguntas que esperan respuesta, consejo, complicidad. Es un alarmante pedido de ayuda para lograr descifrar el nudo que se hizo a través de los años y no hace más que perturbar mi ánimo.

Desorientado por completo no logro ubicar en tiempo y espacio mis pensares y lograr que coincidan con sus miradas. Es una completa falta de responsabilidad de mi parte saber que todo lo que he dicho ha sido lo correcto en equivocadas instancias. Cada mirada buscada fue encontrada un rato después de lo conveniente. Cada silencio replegado dejado en el lugar de gigantescas necesidades de sin charlas y me extendí las horas inevitables atando de letras la angustia de quién sólo tenía necesidad de escapar.

¿Adónde está la valentía de afrontar las consecuencias? ¿Cuál hubiera sido tu reacción si en vez de reirme hubiera llorado tu presencia? ¿Cuánto te debo por haber consumido el tiempo de tu espectante sonrisa aguardando todo aquello que nunca te diría? ¿Hasta dónde me seguías con la mirada? ¿Hasta dónde te seguía ilusionado?

¿Y sin ilusiones?