25 de mayo de 2009

Permiso para hablar




Pido permiso para hablar, y pretender que sus oídos escuchen el silencioso peregrinar de mis palabras ya es demasiado para una noche como esta. Tal vez no tenga mucho que decir pero crea que este poco de sensación sirva de algo, clarifique la noche con nubes que el horizonte dibuja desde las alturas de esta ventana que es la que me ofrece panorama de la ciudad hermosa en la que vivo. Será Buenos Aires culpable de tanto de lo que me toca sentir? Cuanto egoísmo hay en adjudicar culpas sin detenernos a mirar el espejo de nuestras vidas. No puedo culpar a la ciudad de mi inestable proceder. No puedo culpar a su gente de esta noche. Estoy yo, la ciudad, mi lugar y cada palabra que puede se diluya en el abismo de estrellas nubladas sin que nadie se acerque siquiera por un segundo. Y asi será entonces el resultado de mis actos... nuestros actos. Hay alguien más?