11 de abril de 2020

Escondidos

Por Diego Karnoubi


En el encierro que agudiza las preguntas, pretendiendo interpelar cada paso, los pasados, el presente y lo que tal vez siga; en el recuadro puesto a nuestros días echados a dormir en un rincón te puedo escuchar, sé que estás del otro lado y no sé si hay alguien más. Son las once de la noche de cada día posible y son todos tan iguales. Sé que estás en alguna parte del escondite en el que nos hemos metido, cada uno por su cuenta y temerosos de encontrarnos. Llevamos la muerte a cuestas, parece, en nuestra sangre la cargamos disfrazada de abrazo, en las palabras se desliza y en el cariño fraterno oculta la daga que perfora nuestros sueños más antiguos; el inicio de lo que fuimos hasta ayer, ese que se echó a perder en la puerta del presente inmenso que se dibuja en el cielo como una masa amorfa bañada de incertidumbre, áspera y solitaria. De pie me encuentro esperando el momento de ser libre, la hora de escapar del miedo y encontrarnos sólo para vernos más de cerca, y si de algo hay que morir al menos será de la mano, mirándote a los ojos, alejado del encierro de esta distancia que abruma.