4 de agosto de 2016

Un día ocupado

Y si la felicidad tuviera un color, vaya a saber que color sería; ninguno me hace especialmente feliz. Tal vez un sabor. Si fuera un sabor podría ser el del dulce de leche, veganismo aparte. O papas fritas bien crocantes. Si fuese un día de la semana nunca sería Martes, los martes no me gustan. Cualquier otro día podría ser feliz pero no el martes. Si pudiera elegir una cosa para identificar la felicidad posiblemente sería algo con ruedas que me pueda llevar de un lado al otro, lejos. Si fuera un recuerdo, ahí tengo unos cuantos a los que recurro cuando me siento bien. Nunca hay que recurrir a un buen recuerdo cuando uno se siente mal, puede ser peligroso y llevarnos a creer que el pasado es una felicidad constante de recuerdos como ese. Un buen recuerdo se recuerda bien cuando uno está feliz y punto. Pero lo más difícil es definir la felicidad como una palabra con significado propio, aunque tal cosa no existe. Según la RAE significa "Estado de grata satisfacción espiritual y física". Parece más definición de político que otra cosa. No dice nada. Estado de gran satisfacción espiritual y física promovida por qué me pregunto. Y a cada cual le corresponden sus motivos, muy distintos por cierto, tan variados. Entonces "felicidad" es todo a la vez por definición, depende de todos. Por ende podemos ser feliz con cualquier cosa? Si uno pudiera ponerse en el lugar del otro, siempre que ese otro está feliz, podríamos ser felices siempre; pero por alguna razón siempre nos piden ponernos en el lugar del otro cuando sufre, para entenderlo, para ser compasivos o tolerantes. No sé, creo que prefiero ponerme en el lugar del otro cuando está feliz y entenderlo en esos momentos. Bien, no sé a que viene todo esto que de poético no tiene demasiado. Ganas de contar un pensamiento en un día que tengo que hacer muchas cosas y en el que voy a hacer muy pocas. Parte de querer ser feliz supongo.