28 de febrero de 2011

Dormida

Dormida, en la discordia del mundo, bajo el crepúsculo te acaricia el silencio como en tus mejillas yo quisiera, o quisiera de tus rasgos floridos el color propio de tus labios o el sonido que te recuerde en el instante, este mismo instante y para siempre o por lo eterno. Pidiera, si pudiera pedir o alguien lo hiciera por mí, por puro hedonismo lo digo, por pura supervivencia tu vos se escuche suave pero cerca conociéndome de abrazos y besos y sueños como este que te veo soñar mas no accedo, nadie podría, pero yo quisiera. Mientras en vos la noche no deja recuerdos, en mí tu muda me deja atontado, devenido en alabanzas y paciencias y sueños tuyos inventados por mis ganas. Pero espero, sin saber la verdad espero, viéndote dormir el sueño que me esquiva te espero impaciente desterrando un imposible. Y amaneciendo las lunas pasadas me verás despertar de una noche entre tus ojos lindos y mi débil elocuencia. Porque tanto digo, te digo cuando duermes y al verte de nuevo vestida en tu sonrisa sólo consigno contemplación. Por eso dormida, abotonado a la noche que sujeta incansable. Por eso esto que digo, por eso sólo podrás escucharlo mientras la noche o el silencio, también podría haber sido pero sólo me atrevo a pretender, si pudiera, el lado lindo de tus sueños.