Por Diego Karnoubi
Ya es mucho el silencio que se escribió en ausencia de palabras, mucha la desolación causada por la falta de contrastes. El tiempo se desliza en nuestras vidas lijando las ansias, suavizando las miradas, alentando cada movimiento y hasta el más mínimo esfuerzo es precedido por la pereza indemne que se arriesga a dejarnos estáticos, inmóviles.
Pero no será el caso, no en este instante; tengo motivos, razones para evitarlo. Primero están tus ojos, después la forma de mirar, y al final el alivio que me causa tu sonrisa.